Una vez que se estiman los tipos y las cantidades de los recursos para cada actividad, es necesario estimar la duración de dichas actividades. La duración estimada de cada actividad debe ser el tiempo total transcurrido, es decir, el tiempo necesario para realizar el trabajo más cualquier tiempo de espera asociado, es la valoración cuantitativa de la cantidad necesaria para completar una actividad del cronograma.

Es por eso, que el día de hoy aprenderemos:
1. ¿Quién debería estimar la duración de la actividad?
2. ¿Cómo estimar la duración de una actividad?
3. ¿Cómo establecer fechas de inicio y terminación de un proyecto?

1. ¿Quién debería estimar la duración de la actividad?

Es recomendable solicitar a la persona responsable de una actividad en particular que estime la duración de dicha actividad. Esto generará un compromiso por parte de esa persona y evitará cualquier sesgo que ocurra debido a que una sola persona estimó la duración de todas las actividades.

En la Figura 1, la duración estimada por el ejecutor de la actividad 1, “Barnizar los pisos”, es de cinco días, que incluyen tanto el tiempo requerido para barnizar los pisos como el periodo de espera para que se seque el barniz, por experiencia puede estimar la cantidad de días. La duración estimada de la actividad se muestra en la esquina inferior derecha del cuadro.

Figura 1: Duración Estimada de la Actividades
Duración Estimada de la Actividades

Sin embargo, en algunos casos, como en proyectos grandes que involucran a varios cientos de personas que realizan distintas actividades a lo largo de varios años, tal vez no sea práctico pedir a cada persona que proporcione estimaciones de la duración de éstas al inicio del proyecto. En vez de ello, cada organización o subcontratista responsable por un grupo o tipo de actividades puede designar a una persona experta para que realice las estimaciones de la duración de todas las que están bajo la responsabilidad de la organización o subcontratista.

Si una organización o subcontratista ha realizado proyectos similares en el pasado y mantiene registros de cuánto duraron las actividades, estos datos pueden utilizarse como una guía para la estimación de su duración en proyectos futuros.

2. ¿Cómo estimar la duración de la actividad?

La duración estimada de una actividad debe basarse en la cantidad estimada de recursos requerida para realizarla. La duración estimada debe ser audaz, pero realista. No se debe incluir tiempo para cubrir muchas cosas que quizá salgan mal, ni se debe ser muy optimista y hacer una estimación demasiado corta.

En general, es preferible ser un poco atrevido y calcular la duración de una actividad en cinco días, por ejemplo, y luego en realidad terminarla en seis, que ser muy conservador y estimar una duración de 10 días y trabajar holgadamente esos días. Exagerar las duraciones estimadas previendo que el gerente del proyecto querrá negociar duraciones más cortas no es muy recomendable. Tampoco lo es inflar las estimaciones con la idea de volverse un héroe cuando las actividades se terminen antes de lo previsto.

A lo largo de la ejecución del proyecto algunas actividades requerirán más tiempo que su duración estimada, otras se harán en menos tiempo y otras más se realizarán en el tiempo exacto de su duración estimada. Durante el ciclo de vida de un proyecto que involucra muchas actividades, estos retrasos y aceleraciones tenderán a compensarse entre sí.

Para proyectos a largo plazo, quizá no sea posible estimar al inicio del proyecto la duración de todas las actividades con una precisión digna de confianza. Es más fácil calcular su duración a corto plazo y que, a medida que el proyecto avanza, el equipo del proyecto elabore progresivamente las duraciones estimadas conforme se conoce o sale a la luz más información.

En el caso de proyectos para los cuales hay un alto grado de incertidumbre respecto a su duración estimada, es posible utilizar tres estimaciones de la duración: una optimista, una pesimista y una de lo más probable.

3. ¿Cómo establecer fechas de inicio y terminación de un proyecto?

Con la finalidad de establecer una base a partir de la cual se calcule un programa utilizando las duraciones estimadas de las actividades, es necesario seleccionar una fecha de inicio estimada y una fecha de terminación requerida para el proyecto en general.

Estas dos fechas (o tiempos, si se establecen por periodos) definen el marco general, o intervalo delimitado, de tiempo en el cual el proyecto debe completarse. El patrocinador o cliente a menudo establece la fecha de terminación requerida en la cédula del proyecto, en la solicitud de propuesta o en el contrato.

Por ejemplo: el proyecto debe concluir el 30 de junio. Sin embargo, el contratista tal vez no quiera comprometerse a terminar el proyecto para una fecha específica hasta que el cliente haya aprobado el contrato. En estos casos el contrato puede establecer lo siguiente: “El proyecto se terminará dentro de 90 días a partir de la firma del contrato”. Aquí la duración global del proyecto se establece en función de la duración de un ciclo en vez de hacerlo por fechas de calendario específicas. Suponga que un proyecto de estudio del mercado de consumo debe completarse en 130 días. Si se define el tiempo de inicio estimado del proyecto como 0, entonces el tiempo de terminación requerido es 130 días.